1.
Levantarse
desde una posición tumbada: No sentarse derecha (posición de navaja). Hacerlo
lentamente. Girarse a un lado. Llevar las piernas hacia el borde. Empujar con
el codo del lado donde se está acostada y la otra mano.
2.
Al
sentarse, evitar asientos blandos. Es difícil levantarse de ellos y ofrecen mal
soporte a la espalda. Evitar posturas extremas de redondeo o arqueamiento de
espalda. Usar un almohadón o rollo en la parte más débil de la espalda para
sujetarla. Sentarse en una silla recta y firme.
3.
Permanecer
en pie con la barbilla metida y contraer los músculos abdominales.
4.
Subir
las escaleras despacio, de una en una, para evitar el agotamiento. Impulsar el
cuerpo escaleras arriba, usando los músculos del muslo y las nalgas,
manteniendo el peso sobre los pies.
5.
Al
agacharse, mantener la curvatura lumbar y un pie frente al otro. Doblar las
rodillas y bajar el tronco. Las piernas deberán cargar la mayor parte del peso,
manteniendo la espalda en posición vertical.
6.
Para
levantamientos, mantener un pie delante del otro, atrayendo el objeto hacia el
cuerpo, a la altura de la cintura. Hacer viajes frecuentes para reducir la
carga de pesos pesados.
7. Al alcanzar objetos, usar una herramienta
para aquellos situados por encima de la cabeza. No hiperextender para
alcanzarlos. Poner los objetos de uso frecuente cercanos a la altura del hombro.
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